En aquel taller nos ofreció un A3 para que escribiésemos en el centro la palabra que mejor nos definiera y la utilizáramos para presentarnos a los demás. Durante el transcurso del taller, fuimos añadiendo al A3 todo aquello que nos parecía relevante para nosotros, creando al final un mosaico personal de ideas, consejos y experiencias que nos servían como mapa vital y profesional. El colofón del taller fue una situación de lo más bonita: cada uno de nosotros escribimos una palabra con la que nos identificásemos y la metimos en un globo, el cual llenamos y esparcimos por la sala. Posteriormente, cada uno explotó un globo y cogió el papel que había en su interior para leerlo. Así, podíamos escuchar en labios de otra persona la palabra con la que nos sentíamos identificados, provocando un clima de bienestar y emoción que rompió con un gran aplauso por parte de todos.
La teoría de las 4 T: Todos Tenemos Talentos Tremendos
El listón era ese, y este año se ha encendido de nuevo la chispa de la creatividad en todos los que asistimos al taller de mano de Ramón. Es interesante comprobar que cuando a las personas se les pregunta por alguien creativo la mayoría piensa en artistas, inventores, músicos… pero casi nadie piensa en él mismo como creativo. Esa es la enseñanza con la que me quedé ayer: Todos Tenemos Talentos Tremendos, y todos somos creativos (a nuestra manera). No se puede enseñar a ser creativos, pero si se pueden aprender técnicas y métodos de creatividad.
La imagen que encabeza el post corresponde al símil con el que Ramón comparó el proceso creativo: el proceso creativo se asemeja a lavar la ropa. Las prendas de ropa son nuestras ideas, y esas ideas, al principio, están sucias, emborronadas, por lo que hay que lavarlas, junto con otra ropa. Al estar dentro de la lavadora, esa ropa se agita, se mezcla; alguna prenda destiñe, otras encogen, pero todas se mezclan. Una vez finalizado el lavado, hay que tender la ropa, hay que sacar a la luz las ideas para que se sequen y se asienten. Posteriormente hay que planchar la ropa para que se afiance esa idea y, posteriormente, ponértela. Al principio estarás incómodo, pero con el paso del tiempo te irá gustando más esa ropa hasta que, con el paso del tiempo, se vaya ensuciando y haya que volver a meterla en la lavadora.
Para finalizar el taller, los participantes hicimos una regresión a nuestra infancia potenciada por una caja que trajo Ramón llena de pinceles, acuarelas, cuerdas, sprays…, donde cada uno de los participantes expresamos y luego “tendimos” nuestras representaciones de la creatividad o lo que nosotros relacionábamos con la creatividad, de cuya situación es testigo la foto que está bajo estas líneas.
Quiero terminar agradeciendo su labor a Ramón Barrera, persona amante y estandarte de la creatividad, a los miembros de la Cátedra de Emprendedores, por su incansable y gran trabajo, y a los participantes del taller, porque aprendimos unos de otros.
Si tras leer este post te has quedado con ganas de más, Ramón asistirá como ponente a dos talleres más organizados por la Cátedra de Emprendedores, así que ¡estate atento!
Un abrazo Alex, siempre tan positivo.
He tenido el enorme placer y diría la inmensa fortuna no sólo de conocer a Ramón, sino de trabajar, crecer, sentir, evolucionar a su lado durante 4 largos meses durante nuestra formación de ser COACHES. Ramón es único sin lugar a duda, pero lo más hermoso de su persona y de su mensaje es que TODOS los somos, y lo de ser único por que seguimos nuestros sueños, sólo está en nuestras manos. Gracias Ramon, por todo lo que eres, y todo lo que das. Un abrazo de los nuestros!
Me siento tan afortunado de haber conocido a Ramón Barrera y como Fiona haber pasado 4 meses inolvidables con Ramón, el es único, genuino, inconfundible, capaz de hacer que veas reflejado en el aquello que muchas veces por pudor puede costarte mostrar. Sin duda es una fuente de inspiración. Alejandro, no te conozco personalmente, pero este post dice muchiiiiiisimo de ti. ¡¡FELIZ AHORA!!